Lo que nos dejó el huracán Sandy

Por Boris L. García Cuartero

Según informaciones ofrecidas a los medios de prensa por los especialistas del tiempo en Cuba, el huracán Sandy entró a territorio nacional al filo de la una de la madrugada de este 25 de octubre, por un punto conocido como Mar Verde, en la provincia de Santiago de Cuba, para abandonar el oriente cubano por otro llamado Cabo Lucrecia, en la provincia de Holguín.

Como huracán categoría dos en la escala de Saffir-Simpson tocó tierra el meteoro y de acuerdo con reportes desde la televisión de Santiago de Cuba, se sintieron rachas de vientos en el orden de los 200 kilómetros, lo que ha ocasionado fuertes daños en ese territorio, de donde no han podido enviar imágenes al sistema informativo nacional por encontrarse sin servicio eléctrico e incluso el grupo electrógeno fue afectado por caerse un árbol encima.

En la medida en que se recuperen los servicios indispensables en las localidades afectadas por el paso del huracán Sandy, así como se haga pública la evaluación de los daños por parte de los consejos de defensa, se conocerán los daños ocasionados por el fenómeno meteorológico, que encontró una zona ya saturada por las precipitaciones y un fondo de vivienda deteriorado, no obstante se aplicaron las medidas de protección necesarias y hasta el momento no se han reportado víctimas fatales.

En Cienfuegos llueve a intervalos desde el día de ayer. Alejados geográficamente del área de impacto y consecuencias asociadas, solo hemos percibido un gradual deterioro de las condiciones del tiempo, que se mantendrán durante las próximas horas, según confirmaba el Centro Provincial de Pronósticos Meteorológicos.

La escala de Saffir-Simpson es una clasificación para los ciclones tropicales según la intensidad del viento, desarrollada en 1969 por el ingeniero civil Herbert Saffir y el director del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, Bob Simpson.

La escala original fue desarrollada por Saffir mientras pertenecía a una comisión de las Naciones Unidas dedicada al estudio de las construcciones de bajo costo en áreas propensas a sufrir huracanes. En el desarrollo de su estudio, Saffir se percató de que no había una gradación apropiada para describir los efectos de los huracanes. Apreciando la utilidad de la escala sismológica de Richter para describir terremotos, inventó una de cinco niveles, basada en la velocidad del viento, que describía los posibles daños en edificios. Saffir cedió su idea al Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos; posteriormente Simpson añadiría a la escala los efectos del oleaje e inundaciones. No son tenidas en cuenta ni la cantidad de precipitación ni la situación, lo que significa que un huracán de categoría 3 que afecte a una gran ciudad puede causar muchos más daños que uno de categoría 5, pero que afecte a una zona despoblada.

Además, a medida que un ciclón tropical se organiza, pasa por dos categorías iniciales. Éstas no están contenidas dentro de la Escala de Huracanes de Saffir Simpson, pero clasifican a un ciclón tropical en formación y se utilizan como categorías adicionales a la misma. Son la Depresión tropical —un sistema organizado de nubes y tormenta eléctrica con una circulación cerrada y definida— y la Tormenta tropical —un sistema organizado de fuertes tormentas eléctricas con una circulación bien definida que muestra la distintiva forma ciclónica.

NOTA: Cerca de las nueve de la mañana de este jueves 25 de octubre “Sandy” ubicaba a unos 55 kilómetros del punto de salida en tierras cubanas. Persisten las lluvias, que disminuirán gradualmente durante el día, persisten las inundaciones costeras en el norte del centro y hasta el oriente del Archipiélago.

Recorrió 150 kilómetros en territorio oriental, durante cinco horas, según informó el Dr.Sc. José Rubiera Jefe del Grupo Nacional de Pronósticos, quien aseguró además que “Sandy” no se debilitó aunque pasó un área de topografía accidentada, como lo es la Sierra Maestra.